El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha impuesto la moda: baños transexuales en los que hombres que se creen mujeres entren al baño de mujeres, y mujeres que se crean hombres entren al baño de hombres.
A todas luces era una mala idea. Y ya surgieron los primeros casos de hombres que entraron a baños de mujeres –pretendiendo ser “transexuales” – para tomar fotos o videos de niñas o adultas semidesnudas.
Pero aún eso no es lo peor. El lobby gay, en un arranque de imprudencia en su estrategia, ha revelado para qué usa los baños públicos: sexo anónimo y casual.
Así es, y no es una invención de los “homofóbicos” de Parejas Reales ni los “cristianos intolerantes”. No. Así lo dice el propio Movimiento Homosexual de Lima (MHOL).
En Perú ya tenemos alguna experiencia sobre este tipo de uso por parte del colectivo homosexual. En junio de 2014, El Comercio reproducía esta noticia de América Televisión: Baño de hombres en supermercado parece ‘burdel al paso’.
Resultaba que el colectivo gay había convertido los baños de hombres de un concurrido supermercado, en centro de encuentros sexuales anónimos, aprovechando la oscuridad. Preservativos quedaban tirados en los urinarios.
Eso se informaba un año después de que Panorama, de Panamericana, difundiera su reportaje “El negocio de la prostitución gay se camufla en las calles de Lima”.
Este reportaje de Panorama, que ponía al descubierto el oscuro mundo de la prostitución gay, despertó la ira del MHOL y de su Presidente Giovanny Romero Infante. En su enfado descontrolado, el lobby gay reveló lo que habitualmente prefiere esconder, en su carta notarial dirigida a Panorama:
“Los encuentros sexuales anónimos, fugaces, consensuados y voluntarios -sin intercambio de dinero entre las partes- en salas de video, cuartos oscuros, saunas y similares constituyen parte de las prácticas y culturas sexuales gais”.
Con este declarado uso de espacios públicos, como los baños, para actos sexuales como parte de la “cultura gay” ¿permitiremos los “baños transgénero”?
